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Se cumplen 100 años del hallazgo de la tumba de Tutankamón

– Tras años de búsqueda, en 1922 el arqueólogo británico Howard Carter descubrió la entrada a la tumba del joven faraón. El hecho alcanzó fama mundial debido a que el sepulcro se hallaba intacto luego de más de tres milenios, en el Valle de los Reyes.

Egipto – El día de ayer, 4 de noviembre, se cumplieron 100 años del descubrimiento, en 1922, de la entrada a la tumba del faraón Tutankamón cerca de Luxor, por el arqueólogo británico Howard Carter, tras ocho años de búsqueda.

El descubrimiento del lugar de descanso eterno del joven faraón de la 18 dinastía alcanzó fama mundial debido a que se encontraba intacta tras más de tres milenios, a salvo de los saqueos, siendo la tumba mejor conservada del Valle de los Reyes.

Prestigioso por sus innovadores métodos arqueológicos, Carter había comenzado en 1907 a trabajar para Lord Carnarvon, noble entusiasta aficionado a la arqueología, como supervisor de las excavaciones en Deir el-Bahari, cerca de Tebas.

En 1922, lord Carnarvon se impacientaba ante la ausencia de resultados tras varios años de búsqueda y se planteó la retirada de fondos. Tras una discusión con Carter, aceptó financiar una última temporada en el Valle de los Reyes, según informes.

El 4 de noviembre de 1922, el aguador del equipo se tropezó con una piedra que resultó ser el comienzo de una escalinata. Carter excavó los escalones parcialmente hasta el hallazgo de una puerta de barro en la que se observaban varios cartuchos egipcios, sellos con escritura jeroglífica.

El 24 de noviembre de 1922 se excavó la escalera y el cartucho egipcio en el acceso que indicaba el nombre de Tutankamón.

Dos días más tarde, Carter realizó una “pequeña abertura en la esquina superior izquierda” de la entrada. Desde ahí pudo vislumbrar el interior gracias a la luz de una vela y ver tesoros dorados y en marfil. Carnarvon le preguntó si podía ver algo y Carter le respondió con su famosa frase: “¡Sí, puedo ver cosas maravillosas!” Carter había descubierto la tumba de Tutankamón, que más adelante sería conocida como KV62.

La sepultura fue protegida hasta la llegada de un oficial del Departamento de Antigüedades Egipcias al día siguiente, aunque esa noche, Carter, Carnarvon, su hija y el ayudante Callender aparentemente entraron sin permiso, convirtiéndose en las primeras personas en tres milenios en acceder al enterramiento.

La mañana siguiente, 27 de noviembre, vio la inspección de la tumba a manos de un oficial egipcio. Callender accedió con luz eléctrica, iluminando una vasta colección de objetos, incluyendo divanes, cofres, tronos y altares. Asimismo, hallaron evidencias de estancias anexas, como una puerta sellada hacia la cámara del sarcófago, flanqueada por dos estatuas de Tutankamón.

A pesar de la existencia de signos de expolios en tiempos antiguos, la tumba se encontraba intacta y se calculó que albergaba más de 5 mil objetos. El 29 de noviembre la tumba se abrió oficialmente en presencia de varios dignatarios invitados y autoridades egipcias.

Tras percatarse de la magnitud de la tarea, Carter pidió ayuda a Albert Lythgoe, del equipo de excavación del Museo Metropolitano de Nueva York, que trabajaba en las cercanías, mientras el gobierno egipcio mandó al químico analítico Alfred Lucas. El 16 de febrero de 1923, Carter abrió la puerta sellada y confirmó que dirigía al sarcófago de Tutankamón. La tumba fue considerada la mejor preservada e intacta del Valle de los Reyes y su descubrimiento alcanzó a la prensa mundial.

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