– Investigadores revelan que la enfermedad podría dejar secuelas graves en corazón, pulmones y cerebro.
Miami.- Un nuevo estudio científico ha arrojado luz sobre los efectos a largo plazo del COVID-19, y los hallazgos son preocupantes. Investigadores de todo el mundo han descubierto que el COVID prolongado, también conocido como «COVID long-hauler», puede provocar daños en órganos importantes, incluyendo el corazón, los pulmones y el cerebro.
Los resultados del estudio, que involucraron a miles de pacientes recuperados de COVID-19, revelaron que un porcentaje significativo de ellos experimentó síntomas persistentes durante meses después de haber superado la fase aguda de la enfermedad. Estos síntomas incluían fatiga extrema, dificultad para respirar, palpitaciones cardíacas irregulares y problemas cognitivos.
Lo más alarmante es que las pruebas médicas revelaron daños visibles en los órganos de muchos de estos pacientes. En algunos casos, se encontraron cicatrices en el tejido pulmonar que podrían afectar permanentemente la función respiratoria. Además, se observaron señales de inflamación crónica en el corazón, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas a largo plazo.
El impacto en el cerebro también ha sido motivo de preocupación, ya que algunos pacientes presentaron problemas de memoria y concentración que persistieron mucho después de la infección inicial. Los expertos advierten que estos efectos podrían tener consecuencias a largo plazo para la salud mental y cognitiva de los pacientes.
Si bien se necesita más investigación para comprender completamente estos efectos y desarrollar tratamientos específicos, estos hallazgos subrayan la importancia de tomar en serio las precauciones contra el COVID-19 y de brindar un seguimiento cuidadoso a las personas que se han recuperado de la enfermedad. La comunidad médica está uniendo esfuerzos para abordar este nuevo desafío de salud pública y proporcionar el apoyo necesario a los pacientes afectados por el COVID prolongado.