– Tras las Huellas del Dios Solar que Dio Luz a la Tradición Cristiana.
Roma.- En los rincones olvidados de la historia religiosa, emerge la figura del Sol Invicto, un dios pagano cuya festividad fue hábilmente incorporada por la Iglesia para dar origen a la celebración navideña. Exploramos las raíces de esta conexión insólita y la influencia del Sol Invicto en la estructura del calendario cristiano.
Durante siglos, el Sol Invicto fue venerado como el dios solar supremo en varias culturas antiguas. Su culto, marcado por rituales y festivales dedicados a la luz y la renovación, capturó la atención de la Iglesia primitiva. Con astucia, los líderes eclesiásticos adoptaron la fecha del 25 de diciembre, originalmente asociada con la celebración del nacimiento del Sol Invicto, para conmemorar el nacimiento de Jesucristo.
Esta fusión de tradiciones paganas y cristianas se convirtió en la base de la celebración navideña tal como la conocemos hoy. El domingo, día dedicado al Sol Invicto, también fue adoptado por la Iglesia como el día sagrado de descanso y adoración cristiana, dejando una huella perdurable en la estructura temporal de la semana.
A medida que desentrañamos los misterios de este sincretismo cultural, nos encontramos con la fascinante dualidad que ha perdurado a lo largo de los siglos: el Sol Invicto, un dios que unió dos mundos aparentemente opuestos, iluminando el camino hacia una de las festividades más importantes del calendario cristiano.