⁃ La hipotética conservación de su territorio original podría haber transformado profundamente el desarrollo político, económico y social de México.
Monterrey.- La pérdida de más de la mitad de su territorio a manos de Estados Unidos en el siglo XIX es un trauma que ha dejado una profunda huella en la historia de México. Este evento, conocido como la cesión de territorio bajo el Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848, redefinió el destino de la nación mexicana, afectando su desarrollo económico, político y social. Pero, ¿cómo sería México hoy si nunca hubiera perdido estos vastos territorios?
Si México hubiera mantenido su territorio original, que incluía lo que hoy son California, Arizona, Nuevo México, Nevada, Utah y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma, su riqueza y diversidad geográfica habrían proporcionado una base económica mucho más sólida. Las riquezas minerales de California, por ejemplo, podrían haber sido explotadas por México, proporcionando recursos significativos para el desarrollo del país y posiblemente evitando algunas de las crisis económicas que enfrentó durante el siglo XIX y principios del XX.
Políticamente, un México más grande y con recursos más abundantes podría haber desempeñado un papel más influyente en la región de América del Norte. La competencia por el poder entre las facciones internas del país podría haber sido menos intensa si hubiera habido más recursos para repartir y mayores oportunidades económicas. Además, con un territorio más extenso y una población más grande, México podría haber tenido una voz más fuerte en los asuntos hemisféricos e internacionales, posiblemente alterando el equilibrio de poder en las Américas.
Socialmente, la diversidad cultural y étnica de un México más amplio habría sido aún mayor, lo que podría haber fomentado un sentido de identidad nacional más inclusivo y complejo. La integración de diferentes regiones y comunidades habría presentado desafíos, pero también oportunidades para crear una nación con una rica herencia cultural y un amplio espectro de influencias.
La pérdida de territorio a manos de Estados Unidos es un capítulo doloroso en la historia de México, pero imaginar un México que nunca sufrió esta cesión abre una ventana a un mundo de posibilidades diferentes. Aunque imposible de cambiar, esta reflexión subraya la importancia de la geografía y la política en la formación de las naciones y ofrece una perspectiva sobre cómo la historia podría haber tomado un curso distinto.