– La concentración de consumidores de crack cerca de la estación central de tren expone uno de los mayores desafíos sociales durante la Eurocopa 2024.
Frankfurt.- Mientras los aficionados al fútbol y turistas llenaban las calles de Frankfurt durante la Eurocopa 2024, muchos se encontraron con una realidad inesperada y alarmante. En las cercanías de Bahnhofsviertel, el vibrante barrio que rodea la principal estación de tren de la capital económica de Alemania, un fenómeno creciente está atrayendo la atención de la prensa y las autoridades: decenas de personas consumen crack abiertamente en las puertas de tiendas y burdeles, generando escenas que los medios locales han apodado “Zombielandia”.
Esta crisis de drogas, que se desarrolla en uno de los centros financieros más importantes de Europa, es actualmente uno de los mayores retos para la ciudad de Frankfurt. Según datos oficiales, alrededor de 350 usuarios de drogas se concentran diariamente en esta zona, a solo pasos de donde más de 500.000 viajeros, turistas y banqueros de traje transitan a diario. La mezcla de imágenes entre el lujo del distrito financiero y la degradación social de las calles aledañas ha generado preocupación tanto entre los residentes como entre las autoridades locales.
Las autoridades de Frankfurt han intensificado sus esfuerzos para abordar esta crisis, incluyendo la implementación de más patrullajes policiales y programas de apoyo social y sanitario para los adictos. Sin embargo, la situación es compleja. A pesar de las políticas de reducción de daños, como las salas de consumo supervisado y los programas de sustitución de drogas, la cantidad de consumidores de crack ha seguido aumentando. La cercanía con la estación de tren, que conecta a la ciudad con otras regiones, facilita el flujo de personas que acuden a la zona en busca de la sustancia.
Los líderes locales están conscientes de que la crisis de drogas es un tema que trasciende las fronteras de Frankfurt y requiere una estrategia coordinada a nivel nacional. Mientras tanto, el desafío de equilibrar el prestigio económico de la ciudad con su realidad social se ha vuelto más evidente que nunca, poniendo de relieve la necesidad de soluciones urgentes que aborden no solo los síntomas, sino también las causas subyacentes de esta grave situación.