– Mientras la comunidad internacional cuestiona la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro, potencias como China, Rusia e Irán refuerzan su apoyo estratégico a Caracas.
Caracas.- La legitimidad del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sigue siendo un punto de disputa en la arena internacional, especialmente tras las polémicas elecciones del 28 de julio, en las que fue proclamado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE), organismo criticado por su afinidad con el oficialismo. Aunque gran parte de la comunidad internacional, encabezada por la Unión Europea y Estados Unidos, cuestiona los resultados y pide una auditoría detallada de los comicios, países como China, Rusia e Irán han optado por mantener su respaldo incondicional a Maduro. Este apoyo no es gratuito, ya que responde a intereses geopolíticos y económicos clave.
Para China, Venezuela representa una oportunidad para afianzar su presencia en América Latina, una región que Beijing considera crucial para su iniciativa de la Franja y la Ruta. Las inversiones chinas en infraestructura, petróleo y otras materias primas refuerzan la relación bilateral, a la vez que consolidan su influencia en un continente tradicionalmente dominado por Estados Unidos. Además, el régimen de Maduro proporciona a China una plataforma estratégica para desafiar las políticas estadounidenses en el hemisferio occidental.
Rusia, por su parte, ha utilizado a Venezuela como una pieza clave en su propio ajedrez geopolítico. El Kremlin busca no solo mantener su influencia en América Latina, sino también contrarrestar la hegemonía occidental en escenarios clave como Siria o Ucrania. El respaldo militar y financiero a Maduro también asegura la presencia de empresas rusas en el sector energético venezolano, una fuente vital de ingresos para el país sudamericano. Asimismo, el apoyo a Venezuela se convierte en una carta de negociación para Moscú en su relación con Washington.
Irán, por último, ve en Venezuela un aliado estratégico en su lucha contra el aislamiento diplomático que le imponen Estados Unidos y sus aliados. La cooperación entre Teherán y Caracas, que incluye intercambios comerciales y acuerdos energéticos, ha permitido a ambos países resistir sanciones internacionales. Para Irán, apoyar a Maduro es una forma de desafiar la presión occidental y expandir su red de aliados en el extranjero, lo que le proporciona una válvula de escape económica y política en medio de su tenso panorama interno.
A pesar de la presión internacional liderada por figuras como Josep Borrell y Pedro Sánchez, los apoyos de China, Rusia e Irán permiten a Maduro mantenerse en el poder. El futuro de Venezuela sigue siendo incierto, pero lo que es claro es que estas alianzas juegan un papel determinante en la supervivencia del régimen.