– En lugar de desalojarlos, la ciudad ofrece espacios designados para que quienes no tienen hogar puedan establecerse temporalmente en condiciones seguras.
Toronto.- Andrew Goodsell, quien ha vivido en una pequeña carpa naranja en el centro de Halifax, Canadá, desde hace más de un año, llama a este lugar “su hogar”. Su carpa, ubicada en una zona verde destinada para personas sin hogar, le ha proporcionado un espacio donde puede permanecer sin el temor constante de ser desalojado. Halifax ha decidido permitir que sus residentes sin hogar acampen en áreas designadas, en lugar de perseguirlos y forzarlos a desplazarse continuamente.
A finales de octubre, Goodsell compartió sus reflexiones sobre la vida en el campamento, que alberga a una docena de personas. “La vida aquí puede ser dura y, a veces, deprimente”, comentó mientras se sentaba cerca de su tienda de campaña, rodeado de otros residentes temporales y con el bullicio del tráfico como telón de fondo. “Aunque es difícil, es mejor que estar en un lugar donde no tienes ningún control ni seguridad”.
Goodsell, al igual que muchos otros en situación de calle, sueña con un lugar donde pueda tener acceso a necesidades básicas. “Quisiera despertarme en un sitio donde pueda tomar una ducha y cocinar algo”, señaló. Sin embargo, reconoció que, por ahora, debe enfrentarse a su realidad y levantarse cada día en las condiciones actuales. A pesar de todo, tener un espacio en Halifax le ha permitido al menos cierta estabilidad.
Este enfoque de Halifax ha despertado tanto elogios como críticas. Mientras algunos ven esta política como un avance hacia un tratamiento más humano y compasivo para los sin hogar, otros opinan que no resuelve el problema de fondo y solo lo perpetúa. Sin embargo, para Goodsell y sus compañeros de campamento, el espacio que la ciudad les ha dado es una forma de seguridad temporal en medio de la incertidumbre.