– La “Operación Telaraña” representa un duro golpe simbólico contra la aviación rusa y demuestra la capacidad estratégica de Kiev frente a un conflicto prolongado.
Kiev.- Un reciente ataque ucraniano con drones contra instalaciones aéreas rusas ha dejado claro que Kiev mantiene su capacidad de iniciativa y sorpresa en medio del conflicto. La operación, que según fuentes ucranianas habría causado pérdidas millonarias a la aviación rusa, ha sido descrita por analistas como una muestra de audacia táctica y sofisticación tecnológica. Aunque medios como la BBC no han podido confirmar el monto estimado de los daños, que se cifran en unos 7.000 millones de dólares, el impacto psicológico y propagandístico del golpe es innegable.
Denominada “Operación Telaraña”, la ofensiva es ya considerada por Ucrania como una de las acciones más significativas desde el inicio de la invasión a gran escala por parte de Moscú. Desde Kiev se compara con episodios icónicos como el hundimiento del crucero ruso Moskva en 2022, el ataque al estratégico puente de Kerch ese mismo año, y los misiles que impactaron el puerto de Sevastopol en 2023. Todos estos eventos han sido vistos no solo como victorias tácticas, sino como momentos clave en la guerra de narrativas entre ambas naciones.
Este nuevo ataque no solo busca debilitar la capacidad aérea de Rusia, sino también enviar un mensaje directo a las potencias occidentales: Ucrania está decidida a continuar luchando y necesita un respaldo sostenido. El éxito de estas operaciones, incluso si sus efectos materiales son limitados, demuestra la eficacia de las tácticas asimétricas frente a un enemigo numéricamente superior.
Además, expertos coinciden en que este tipo de incursiones podrían redefinir el curso del conflicto, incentivando a los aliados de Ucrania a redoblar su apoyo militar. Al mismo tiempo, representa un recordatorio para el Kremlin de que sus bases no están a salvo, ni siquiera en zonas alejadas del frente. La guerra, cada vez más marcada por la inteligencia, la precisión y la guerra electrónica, parece adentrarse en una nueva fase donde los drones y la estrategia marcan la diferencia.