⁃ El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández recibió este miércoles una condena de 45 años de prisión por delitos de narcotráfico en Estados Unidos.
Nueva York.- Un tribunal de Manhattan en Nueva York lo había declarado culpable en marzo de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos y de poseer «dispositivos destructivos», como ametralladoras.
El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ha sido condenado a 45 años de prisión en Estados Unidos por su implicación en una serie de delitos de narcotráfico. El veredicto se dio a conocer este miércoles, culminando un proceso judicial que ha sacudido tanto a Honduras como a la comunidad internacional. La sentencia fue emitida por un tribunal de Manhattan, Nueva York, que previamente, en marzo, había declarado culpable a Hernández de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos y de poseer dispositivos destructivos, incluyendo ametralladoras.
Durante el juicio, los fiscales de Nueva York presentaron pruebas contundentes que mostraban cómo Hernández había convertido a Honduras en un «narcoestado». Alegaron que, durante su mandato, aceptó millones de dólares en sobornos de los principales narcotraficantes del país a cambio de ofrecerles protección legal y facilitar sus actividades ilícitas. Estos fondos ilegales, según los fiscales, no solo alimentaron su campaña política, sino que también financiaron una red de corrupción y violencia que operaba bajo su protección.
El impacto de esta sentencia se siente profundamente en Honduras, donde muchos ciudadanos esperaban justicia ante las acusaciones de corrupción y abuso de poder que marcaron el mandato de Hernández. La condena es vista como un paso importante hacia la rendición de cuentas en una región a menudo plagada por la impunidad. Organizaciones de derechos humanos y activistas han aplaudido la decisión del tribunal estadounidense, considerándola un precedente crucial para futuros casos de corrupción en América Latina.
A nivel internacional, la condena de Hernández envía un mensaje claro sobre el compromiso de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción en el hemisferio occidental. Con esta sentencia, se espera que otros líderes y funcionarios públicos reconsideren sus acciones, conscientes de que la justicia internacional puede alcanzarlos, independientemente de su posición o poder.