– La ciudad enfrenta la ardua tarea de recuperarse tras el paso del huracán más destructivo en décadas.
Acapulco.- El huracán Otis azotó implacablemente la icónica ciudad costera de Acapulco, dejando a su paso un rastro de daños y destrucción que se considera incalculable por las autoridades locales. Este fenómeno natural, catalogado como el huracán más devastador en décadas, ha sumido a la comunidad en una situación de emergencia.
El huracán Otis, que alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, llegó a la costa del Pacífico mexicano con vientos extremadamente fuertes y lluvias torrenciales que provocaron inundaciones masivas y deslizamientos de tierra en muchas áreas de Acapulco. Numerosas viviendas quedaron sumergidas bajo el agua, y las carreteras principales quedaron obstruidas por escombros y lodo.
El gobernador del estado de Guerrero, en el que se encuentra Acapulco, ha declarado el estado de emergencia y ha solicitado asistencia federal para hacer frente a la crisis. Las autoridades están trabajando incansablemente en labores de rescate y evacuación de residentes atrapados en zonas inundadas.
A medida que la magnitud de la devastación se hace evidente, la comunidad internacional también ha ofrecido su apoyo. Organizaciones de ayuda humanitaria y equipos de socorro están siendo movilizados para proporcionar asistencia a los damnificados y ayudar en la reconstrucción de la ciudad.
El camino hacia la recuperación será largo y desafiante, pero la resiliencia de los habitantes de Acapulco brilla en momentos de adversidad. La solidaridad y el apoyo mutuo serán fundamentales para superar esta tragedia y comenzar la reconstrucción de una ciudad que, a pesar de la destrucción, sigue siendo un símbolo de belleza y fortaleza en la costa mexicana.