⁃ Manifestación artística y ambiental sorprende a visitantes y personal del museo parisino.
Paris.- En un acto de protesta poco convencional, activistas comprometidos con la lucha contra el cambio climático irrumpieron en el Louvre de París para expresar su mensaje. El blanco de su peculiar acción fue nada menos que la icónica «Mona Lisa». En lugar de pancartas o consignas, los manifestantes arrojaron sopa sobre la famosa obra maestra de Leonardo da Vinci.
Este acto inusual se llevó a cabo como un llamado de atención a la urgencia de abordar la crisis climática. Los activistas argumentan que la degradación del medio ambiente es tan valiosa como las obras de arte más veneradas. La elección de la «Mona Lisa» como símbolo no solo pretende captar la atención del público, sino también destacar la necesidad de preservar nuestro patrimonio natural y cultural.
Las autoridades del Louvre reaccionaron rápidamente, retirando a los manifestantes y evaluando los daños potenciales causados a la obra de arte. Aunque la sopa no causó daño permanente a la pintura, el incidente ha generado debate sobre los métodos de protesta y la conexión entre el arte, la cultura y la crisis ambiental.
La acción ha dividido opiniones, algunos consideran que la protesta cruzó límites al afectar una obra de arte invaluable, mientras que otros ven la necesidad de medidas más drásticas para resaltar la emergencia climática. La «sopa para la Mona Lisa» ha dejado una marca inusual en la historia del activismo, fusionando el arte y la ecología en un mensaje provocador.