⁃ La Casa Blanca anuncia medidas drásticas para proteger empleos estadounidenses y contrarrestar políticas comerciales desleales de China.
Nueva York.- El gobierno de Joe Biden dio un golpe contundente a la industria de vehículos eléctricos de China al anunciar un aumento significativo en los aranceles sobre estos productos, junto con paneles solares, acero y otros bienes manufacturados chinos. Esta acción marca la última escalada en la larga guerra comercial entre Estados Unidos y China, que ha estado en curso durante años y que ha sacudido los mercados globales. La medida incluye un impuesto del 100% sobre los autos eléctricos provenientes de China, en un esfuerzo por nivelar el campo de juego y proteger los empleos en la industria automotriz estadounidense.
La Casa Blanca defendió estas medidas como una respuesta necesaria a las políticas comerciales consideradas injustas por parte de China, que han impactado negativamente en la economía y el empleo en Estados Unidos. En un comunicado, se afirmó que estas acciones estaban dirigidas a garantizar condiciones equitativas para los trabajadores estadounidenses y para proteger la competitividad de las industrias clave en el país. Sin embargo, se espera que esta decisión genere tensiones adicionales en las relaciones comerciales entre las dos potencias mundiales, lo que podría tener repercusiones significativas en la economía global.
Los expertos advierten que esta nueva escalada en la guerra comercial podría desencadenar represalias por parte de China, lo que aumentaría aún más las tensiones entre las dos naciones. Además, existe preocupación por el impacto que estas medidas puedan tener en la industria de vehículos eléctricos a nivel mundial, así como en los esfuerzos para combatir el cambio climático. Con la incertidumbre en aumento, los mercados financieros y los inversionistas están observando de cerca cómo se desarrollarán los acontecimientos y cuáles serán las implicaciones a largo plazo para la economía global.
