– Las celebraciones de Halloween en Shanghai están bajo la lupa; los disfraces podrían ser una vía para manifestaciones disfrazadas, según denuncian comerciantes locales.
Shanghai.- En Shanghai, la llegada de Halloween no solo trae disfraces y decoraciones, sino también una creciente preocupación entre las autoridades. Según algunos residentes y comerciantes, el gobierno local ha intensificado su control sobre las celebraciones de esta festividad occidental, percibiendo en ella una amenaza a la estabilidad. “Las autoridades temen que las personas utilicen los disfraces como una herramienta para organizar protestas encubiertas y expresar descontento con las políticas de control”, comenta el dueño de una tienda de disfraces en el centro de la ciudad.
Halloween, una celebración que en años anteriores era tolerada e incluso impulsada en algunas áreas comerciales para atraer a los jóvenes, se ha convertido en un evento polémico. Las medidas de control han aumentado en el último tiempo, y varios negocios han recibido advertencias para evitar decoraciones “demasiado llamativas” o la venta de disfraces que puedan “incitar al desorden”. Este endurecimiento de las políticas preocupa a muchos, quienes señalan que el gobierno parece interpretar cualquier actividad que fomente la reunión pública como una posible amenaza.
La paranoia, como la describen algunos residentes, se ha extendido no solo entre las autoridades sino también entre los ciudadanos. Algunos padres han optado por no permitir que sus hijos celebren Halloween por miedo a posibles represalias. “Es una celebración inocente, pero las restricciones y advertencias están asustando a la gente”, asegura una madre de familia.
Mientras tanto, los dueños de tiendas y organizadores de eventos esperan que estas restricciones se relajen, aunque la perspectiva parece poco alentadora. “No estamos buscando problemas, solo queremos divertirnos un poco en Halloween”, concluye el comerciante. La atmósfera en Shanghai, sin embargo, sugiere que este año los festejos serán más contenidos, con la celebración de Halloween como el centro de una tensión inesperada entre la cultura y el control gubernamental.