– Activistas critican que Bakú, capital de un país que planea expandir su producción de combustibles fósiles, sea sede de la cumbre mundial contra el cambio climático.
Bakú.- Desde el 11 hasta el 22 de noviembre, Bakú, la capital de Azerbaiyán, es sede de la COP29, la conferencia anual de Naciones Unidas donde líderes de todo el mundo se reúnen para coordinar esfuerzos en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, la elección de Azerbaiyán como país anfitrión ha generado controversia debido a su enfoque hacia los combustibles fósiles, un sector que la nación ha declarado como prioritario para su desarrollo económico.
El presidente de Azerbaiyán ha llegado a calificar el petróleo como “un regalo de Dios” y ha anunciado públicamente su intención de aumentar la producción de hidrocarburos en los próximos años, un plan que contradice los compromisos del país bajo el Acuerdo de París. Azerbaiyán pretende expandir hasta en un tercio su producción de gas en la próxima década, una decisión que, según los expertos, incrementará significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, una de las principales causas del calentamiento global.
Organizaciones medioambientales y activistas han manifestado su preocupación, argumentando que Azerbaiyán no envía el mensaje adecuado al ser anfitrión de una conferencia climática global mientras impulsa políticas energéticas contrarias a los objetivos de descarbonización. “Es incoherente que un país que apuesta por aumentar su producción de petróleo y gas sea sede de un evento clave para frenar la crisis climática”, señaló un representante de una organización ecologista europea.
La controversia en torno a Azerbaiyán como sede de la COP29 ha puesto en el centro del debate la coherencia de las políticas climáticas a nivel global y el desafío de equilibrar el crecimiento económico con la transición energética. Mientras los líderes discuten en Bakú soluciones para reducir las emisiones y limitar el calentamiento global, la postura de Azerbaiyán refleja la dificultad de algunos países para reducir su dependencia de los combustibles fósiles en un contexto donde la transición a energías renovables resulta aún compleja.