– El presidente surcoreano declara la ley marcial, desatando temores sobre el futuro de la democracia en el país y provocando una respuesta masiva de la ciudadanía y el Parlamento.
Pionyang.- Corea del Sur vivió una noche de incertidumbre y tensión sin precedentes tras un sorpresivo anuncio del presidente Yoon Suk-yeol. En un mensaje televisado, el mandatario declaró la ley marcial en todo el país, justificando la medida como una acción necesaria para proteger a la nación de amenazas internas vinculadas a Corea del Norte. Este anuncio supuso la suspensión de derechos fundamentales y otorgó poderes extraordinarios al ejército, generando una ola de críticas y preocupación.
El impacto fue inmediato. Mientras las fuerzas armadas y la policía tomaban posiciones en la sede del Parlamento en Seúl, los legisladores, sorprendidos por la decisión, se reunieron de emergencia para debatir una resolución que revocara la ley marcial. A las afueras, cientos de ciudadanos se congregaron en protesta, denunciando lo que consideraban un atentado contra la democracia surcoreana, construida con esfuerzo tras décadas de regímenes autoritarios.

La figura de Yoon Suk-yeol, conocida por su retórica de línea dura y su postura antifeminista, ha generado divisiones profundas en el país. Aunque llegó al poder prometiendo seguridad y firmeza frente a Corea del Norte, su liderazgo ha sido criticado por exacerbar tensiones internas y amenazar los pilares democráticos de Corea del Sur. Para muchos, la declaración de la ley marcial representa un punto de no retorno en una gestión ya marcada por la controversia.
Mientras tanto, las reacciones internacionales no se han hecho esperar. Líderes mundiales han expresado su preocupación por el deterioro político en Corea del Sur, instando al gobierno a restablecer las garantías democráticas. La crisis política desatada por la decisión de Yoon podría tener repercusiones profundas tanto dentro como fuera del país, marcando uno de los capítulos más oscuros en la historia reciente de la nación.
