– El sismo de 7,7 sacudió el país, dejó miles de víctimas y generó dudas sobre su impacto.
Naipyidó.- El fuerte terremoto que golpeó Myanmar el pasado viernes, con una magnitud de 7,7, provocó una gran devastación en la región, dejando cientos de muertos y miles de heridos. Además, el movimiento telúrico causó el derrumbe de numerosas edificaciones, desde viviendas hasta infraestructuras públicas.
Las autoridades locales han reportado al menos 1.700 víctimas fatales, aunque se teme que la cifra pueda aumentar significativamente en los próximos días. De hecho, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) advirtió que, debido a la ubicación del epicentro y las condiciones del terreno, el número de fallecidos podría superar las 10.000 personas.
Uno de los aspectos más llamativos de este terremoto es que se percibió en varios países vecinos. Esto se debe a la profundidad del epicentro y la estructura geológica de la zona, que permitió que las ondas sísmicas viajaran grandes distancias sin perder demasiada fuerza. Además, la composición del suelo en algunas regiones amplificó la intensidad del temblor.
El colapso de edificios ha dejado a miles de personas atrapadas bajo los escombros, lo que ha complicado las labores de rescate. Hospitales, escuelas y templos históricos también resultaron gravemente afectados, aumentando el impacto humanitario de la tragedia. Las carreteras destruidas y la interrupción de las telecomunicaciones han dificultado la llegada de ayuda a las zonas más afectadas.
