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Refuerzan presencia militar en la frontera sur de EE.UU. ante incremento migratorio

– El gobierno estadounidense intensifica el despliegue de tropas y tecnología en zonas inaccesibles del muro fronterizo, como parte de una estrategia para contener el paso irregular desde México.

Nueva York.- En lo alto del Monte Cristo Rey, en El Paso, Texas, la frontera entre Estados Unidos y México se convierte en un terreno difícil de patrullar. Las imponentes barreras metálicas del muro no alcanzan estas cumbres rocosas, dejando zonas vulnerables que ahora son objeto de atención especial por parte de las autoridades estadounidenses. En el lado mexicano, se puede divisar a un joven que permanece atento al movimiento en el valle. Los agentes de la patrulla fronteriza se refieren a estos individuos como “vigías”, encargados de alertar a los grupos migrantes sobre el mejor momento para cruzar.

Ante el aumento sostenido en el flujo de migrantes, la administración estadounidense ha decidido incrementar la presencia de efectivos militares en varios tramos de la frontera sur. Esta medida no solo implica el despliegue de tropas, sino también la instalación de equipos de vigilancia avanzados, drones, sensores de movimiento y torres de observación en áreas de difícil acceso como las laderas del Monte Cristo Rey. Según las autoridades, el objetivo es reforzar el control y cerrar las brechas que podrían ser aprovechadas por quienes intentan ingresar al país sin autorización.

El refuerzo militar en la zona forma parte de una política más amplia de seguridad fronteriza que ha sido duramente criticada por organizaciones defensoras de los derechos humanos. Estas organizaciones aseguran que la estrategia representa una militarización de la frontera, que podría poner en mayor riesgo a las personas migrantes, obligándolas a tomar rutas más peligrosas. Además, advierten que la presencia militar puede escalar tensiones y generar un ambiente hostil en comunidades cercanas.

Mientras tanto, los residentes de la región fronteriza observan con preocupación los cambios. Algunos consideran que la medida es necesaria para controlar el flujo irregular, mientras que otros temen que la creciente presencia militar afecte la vida cotidiana y aumente la criminalización de los migrantes. En este contexto, la frontera se convierte en un campo cada vez más vigilado y tenso, donde la seguridad nacional y los derechos humanos parecen chocar con fuerza.

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