– La creciente demanda y alto valor de los quesos artesanales los convierten en objetivos del crimen organizado.
París.- En un sorprendente giro, los productores de quesos artesanales se han convertido en blanco del mercado negro, donde la demanda por estos productos exclusivos ha atraído la atención de organizaciones criminales. Patrick Holden, un productor británico conocido por su cheddar Hafod, se vio envuelto en una historia insólita cuando, en un día de julio, recibió un pedido sin precedentes: 22 toneladas de su queso.
El supuesto comprador afirmaba ser representante de una importante cadena de supermercados francesa, lo que entusiasmó a Holden. “Era el pedido más grande que habíamos tenido, y el hecho de que fuera desde Francia me hizo pensar que, finalmente, el continente valoraba nuestro trabajo”, comenta Holden.
La transacción se realizó a través de Neal’s Yard Dairy, un distribuidor de quesos gourmet en Londres. En septiembre, el primer envío de Hafod llegó a la capital británica. Aunque el pedido inicial ocupaba apenas un metro cuadrado en un palé, representaba dos años de esfuerzo y estaba valorado en cerca de 44.000 dólares.
Sin embargo, este tipo de productos, debido a su exclusividad y alto valor, han despertado el interés de redes criminales que buscan lucrar en el mercado negro. Los productores de quesos artesanales enfrentan ahora no solo los retos del mercado legal, sino también la necesidad de proteger su trabajo de robos y engaños en un sector en auge pero vulnerable.
