– El ave icónica de la celebración estadounidense tiene sus raíces en las culturas antiguas de México, donde fue domesticada hace más de dos milenios.
Ciudad De México.- Este jueves, millones de estadounidenses se reunirán alrededor de la mesa para celebrar Acción de Gracias (Thanksgiving), una de las tradiciones más representativas de Estados Unidos. Entre los platos más esperados de la fecha destacan el pavo horneado, el puré de papas, la salsa de arándanos y el pan de maíz. Sin embargo, pocos conocen que el principal protagonista de esta festividad, el pavo, tiene un origen profundamente arraigado en la historia y cultura de Mesoamérica, particularmente en el actual territorio mexicano.
El Meleagris gallopavo, especie de la que deriva el pavo moderno, fue domesticado por las civilizaciones mesoamericanas hace más de 2.000 años. Registros arqueológicos indican que el ave era ampliamente criada en la región central de México, especialmente durante el auge de Teotihuacán, entre los años 300 y 900 d.C. Desde esta región, el pavo se expandió hacia el sur, llegando incluso al área maya, gracias a las rutas comerciales de la época.
Conocido como huexolotl en náhuatl, el idioma de los mexicas, el pavo tenía un significado tanto alimenticio como simbólico para las culturas prehispánicas. Tras la llegada de los europeos a América, el ave fue introducida a Europa, donde su carne se popularizó rápidamente, para luego regresar al continente americano como un alimento fundamental en las colonias del norte.
“La domesticación del pavo en Mesoamérica es un ejemplo del ingenio de las culturas originarias. Su impacto no solo fue regional, sino que trascendió fronteras hasta convertirse en un símbolo de festividad en Estados Unidos”, explica un experto en arqueología precolombina. Hoy, cada vez que un pavo se sirve en una mesa de Acción de Gracias, se rinde homenaje indirecto a las antiguas civilizaciones de México y su legado cultural.
